El viernes pasado, un sector del Gobierno filtró los chats que demostraban que Villarruel había sido informada sobre el viaje del presidente, lo que generó controversia por el uso de conversaciones privadas. Desde el entorno del asesor presidencial, Santiago Caputo, se culpó a la secretaria de Villarruel, Guadalupe Jones, por no haber notificado a la Vicepresidenta sobre la salida del mandatario, apuntando también contra su equipo por no alertarla durante la sesión.
Villarruel, por su parte, defendió su accionar a través de Instagram, asegurando que firmó el acta ante el escribano presidencial a las 19 horas del jueves, lo que implica que hubo vacancia de poder desde las 12 horas, cuando el presidente partió. «Hasta que no me traspasan el poder, soy vicepresidente, y eso se hace informándomelo el escribano de Presidencia. Firmé el acta dando el conforme a las 19», afirmó la funcionaria.
Una alta fuente del Gobierno aclaró que «no existe ningún acto administrativo», indicando que la asunción de la Vicepresidenta es automática cuando el presidente sale del país, incluso si es mediante una orden verbal.
En otro orden, durante su participación en el festival Atreju 2024, Milei resaltó su política de disciplina dentro del gobierno, advirtiendo que aquellos funcionarios que no acaten la línea del partido serán expulsados. “El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado. ‘Roma no paga traidores’”, afirmó, dejando en claro su postura.
La Vicepresidenta ha sido criticada dentro del Gobierno por sus viajes a distintas provincias del país, lo que ha generado malestar en Balcarce 50. “Todos la bancamos porque era la compañera de Javier en campaña y esperábamos que siguiera siéndolo. Pero ya no es así, y para colmo planea su propia campaña y usa los recursos del Senado para eso”, expresó la diputada Lilia Lemoine, cercana a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.