Un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de Luis Caputo y Javier Milei habilita el canje de deuda sin controles al eliminar los requisitos que se impusieron para no repetir los manejos que provocó el megacanje de deuda de 2001. En ese sentido se «autohabilita» al Gobierno a realizar un canje de la deuda en dólares (que vence en 2025) aunque empeore las condiciones de pago ya vigentes y sin pasar por por el Congreso ni cumplir con los requisitos de la Ley de Administración Financiera.
El DNU dispone que las futuras emisiones de deuda «no estarán alcanzadas por las disposiciones del artículo 65 de la Ley 24.156» de dicha ley de control sobre las acciones del sector público. Significa que se podría ignorar la exigencia de que cualquier canje de deuda se pueda hacer sólo si se mejoran las condiciones de monto, tasa y/o plazo de pago.
Dichas exigencias fueron introducidas en 2007, precisamente, para que no se repita la amarga experiencia del megacanje de 2001, que tuvo a Federico Sturzenegger en un rol protagónico. Esa operación significó un incremento del volumen de deuda en un 40% sin recibir fondos en efectivo a cambio, con la supuesta intención de evitar un default que igualmente ocurrió seis meses después, con la crisis política, económica y social recordada. «El paralelismo entre la situación que se está generando hoy y el escenario del 2001 es muy alto», advirtieron fuentes calificadas a Página12.
Por otra parte, en su artículo segundo, se dispone que las futuras suscripciones de deuda pública «se puedan hacer con instrumentos de deuda pública cualquiera sea su moneda de pago». Esto es, habilita el canje de deuda. Y que «dichas operaciones no estarán alcanzadas por las disposiciones del artículo 65 de la ley 24.156».
La intención oficial de saltear la Ley de Administración Financiera, en lo referido a las pautas de reestructuración de la deuda pública, ya había sido incorporada al proyecto de Ley de Presupuesto Nacional presentado al Congreso la semana pasada. En el texto de dicho proyecto se eludía de forma indirecta las obligaciones que impone el mencionado artículo 65, lo que ahora se reforzó mediante un DNU que desconoce esos requisitos.
Qué fue el Megacanje
El megacanje o «reestructuración de deuda soberana», como formalmente se la llamó en 2001, durante el gobierno de Fernando de la Rúa, fue un último intento del gobierno de la Alianza por evitar la cesación de pagos. Fracasado el «blindaje financiero» de fines del año 2000 (garantía de fondos del exterior por casi 40.000 millones de dólares), De la Rúa cambió su equipo económico convocando a Domingo Cavallo y Federico Sturzenegger, para «generar confianza en los mercados, cambiar las expectativas y por ese camino reactivar la economía».
Como se sabe, el final desembocó en la crisis de 2001.
Esto motivó que, en 2007, se modificara la Ley de Administración Financiera imponiendo mayores condicionamientos a las reestructuraciones de deuda, para evitar las consecuencias ruinosas a la que llevaron las renegociaciones en situaciones desesperadas. Son esas medidas preventivas las que ahora Javier Milei y Luis Caputo ignoran por decreto y, muchos analistas temen que el gobierno acuda a un nuevo megacanje ya que el volumen de vencimientos de deuda es muy importante y el gobierno no logró acumular reservas internacionales para afrontarlos y ni siquiera bajó lo suficiente el riesgo país, con lo cual se le dificulta un roll over (renovación de deuda) aceptable.