A la salida, Daer señaló que el Papa “comparte nuestras preocupaciones. Nosotros tenemos como misión defender la dignidad del trabajo. Planteamos sin meternos en los temas partidarios de la política, pero sí hablamos de este discurso de la multiplicación de las ganancias frente a la necesidad de un esfuerzo común de construcción solidaria para la sociedad”.
Asimismo, reveló que Francisco contó las anécdotas de sus orígenes, cuando trabajaba como técnico y habló de su jefa a quien recuerda “con eterno agradecimiento que le enseñó las cualidades de lo que era el trabajo”. El Papa remarcó que la justicia social es eje del Evangelio y les reiteró varias veces el concepto de «dignificar el trabajo».
Por su parte, los sindicalistas reiteraron su deseo de que el representante religioso viaje en visita a la Argentina, a donde no volvió aún desde que fue nombrado Papa hace 11 años. Francisco les respondió que “si Dios quiere, iré sin dudas”, pero señaló que tiene agenda muy ocupada hasta fin de año. Antes de fin de mes, tiene un viaje a Luxemburgo y Bruselas y en octubre estará el Sínodo Mundial de Obispos que trata los grandes problemas de la Iglesia.
