Los penales fueron la herramienta con la que Boca avanzó una y otra ronda de la Libertadores 2023, pero este año no están de su lado. Le costaron la eliminación de la Copa de la Liga y ahora también de la Sudamericana 2024, con la caída ante Cruzeiro.
Dos errores no forzados de Boca lo pusieron contra las cuerdas más rápido de lo pensado: la expulsión de Luis Advíncula antes de que se dispute medio minuto de partido y la pelota que pierde Nicolás Figal y derivó en el gol de Matheus Henrique antes de los 10 minutos. Luego Walace facturó el 2-0 y los brasileños parecían con más de un pie en los cuartos de final cuando todavía no se había llegado a la mitad del primer tiempo.
Ahí Boca se calmó y empezó a construir un gran partido, en el que tuvo el descuento de Milton Giménez en el final del primer tiempo, buenas atajadas de Sergio Romero e incluso una oportunidad clara como la que falló Miguel Merentiel en la última jugada, que pudo haber sido la clasificación. En los penales fue el delantero uruguayo, de una entrega descomunal durante los 90 minutos y ya muy cansado, el único en errar un penal.
